Una noche del 13 de diciembre
de 1937, en el marco de una reunión de la Agrupación 'Bases', en La Plata, el
poeta Francisco Timpone propone la institucionalización de un día que conmemore
las tradiciones gauchas representativas de nuestra cultura vernácula. El 6 de
junio de 1938 la agrupación presenta ante el Senado de la Provincia de Buenos
Aires una nota pidiendo que el 10 de noviembre se declare como 'Día de la
Tradición', debido al natalicio de don José Hernández en dicha fecha. La
aprobación ante la Cámara de Senadores y Diputados fue unánime, declarada bajo
la ley N 4756/39, promulgada el 18 de agosto de 1939.
Don José Hernández nació un 10
de noviembre de 1834 y pasó a la eternidad de los grandes el 21 de octubre de
1886. Popularmente conocido por su inmensa obra, la obra del gauchaje, el
'Martín Fierro', aparte de gran poeta y develador del espíritu gaucho,
Hernández fue también un eximio periodista, fervoroso combatiente y hombre
estrechamente vinculado a la política del país. Nacido en un ambiente rural y
dedicada parte de su juventud a las faenas camperas, supo captar y vivenciar el
alma gaucha que será reflejada en su activismo federalista y en las letras
doradas que han dado en configurar la manifestación propia del espíritu de
nuestra raza. Nos cuenta el historiador Fermín Chávez que allá por 1846,
afectado por una dolencia física, Hernández debió abandonar la educación en las
aulas y fue llevado por su padre, que trabajaba como mayordomo en
establecimientos ganaderos de don Juan Manuel de Rosas, a la pampa bonaerense
donde pudo recobrar su salud. Es así como, a los doce años de edad, Hernández
entra en contacto directo con el gaucho y con sus tareas de todos los días, en
una época caracterizada por la intensa actividad de los saladeros. Su hermano
Rafael lo dice en una de sus clásicas páginas sobre la juventud de aquél: 'Allá
en Camarones y en Laguna de los Padres se hizo gaucho, aprendió a jinetear,
tomó parte en varios entreveros y presenció aquellos grandes trabajos que su
padre ejecutaba y de que hoy no se tiene idea. Esta es la base de los profundos
conocimientos de la vida gaucha y amor al paisano que desplegó en todos sus
actos' (Rafael Hernández, Pehuajó, 1896). Así recogió una visión acabada y de
primera mano de la realidad del hombre de la campaña, donde fue uno más y pudo
captar el sistema de valores, lealtades y habilidades que cohesionaban a la
sociedad rural.
Radicado en Paraná, Entre Ríos,
desde 1857, residió alternativamente en esa ciudad, en Corrientes, Rosario y
Montevideo, antes de regresar nuevamente a Buenos Aires. Entre 1852 y 1872
desplegó una intensa actividad periodística. Participó en una de las últimas
rebeliones federales, dirigida por Ricardo López Jordán contra el gobierno
europeizante de Domingo F. Sarmiento, cuyo primer intento finalizó en 1871 con
la derrota de los gauchos y el exilio de Hernández al Brasil. A su regreso a la
Argentina, en 1872, continuó su lucha mediante el periodismo y publicó la
primera parte de su obra maestra, El Gaucho Martín Fierro. Fue a través de su
poesía que consiguió un gran eco para sus propuestas y la más valiosa
contribución a la causa de los gauchos. La continuación de la obra, La vuelta
se Martín Fierro (1879), en conjunto supone la forma de un poema épico popular.
En 1912, a dos años de
cumplirse el primer centenario de la Revolución de Mayo, Martín Fierro se
consagra como el libro y el personaje que encarnan como ningún otro la
argentinidad. En una serie de conferencias que dio el poeta Leopoldo Lugones en
el Teatro Odeón, ante una enorme cantidad de público entre el que se encontraba
el presidente de la Nación, Roque Saénz Peña, se postuló que el poema gauchesco
de don José Hernández era fundante de nuestra nacionalidad. El Payador, libro
que recoge las conferencias de Lugones, sostiene, en efecto, que las aventuras
de este gaucho llevado a la fuerza por el ejército a pelear contra los indios,
que deserta y finalmente retorna para entregar todo lo aprendido a sus hijos,
son la muestra más cabal del espíritu argentino con su culto del coraje, su
búsqueda constante de justicia y su afán por formar parte del mundo desde una
postura propia y definida.
Fue tal la consubstanciación
que se hizo de Hernández con Martín Fierro que al momento de su partida física
los diarios anunciaron su muerte bajo el título: 'Ha fallecido el senador
Martín Fierro'. Sucede que toda obra inmortal, encargada de plasmar un espíritu
definitivo, trasciende al hombre que la ejecuta, convertido éste en un mero
agente transmisor de lo que se gesta para la eternidad.
10 de noviembre, Día de nuestra
Tradición Gaucha, recordando a uno de nuestros mayores patriarcas, don José
Hernández.
'Pero
voy en mi camino
y
nada me ladiará,
he
de decir la verdá,
de
naides soy adulón;
aquí
no hay imitación,
ésta
es pura realidá.'
Referencias:
'Martín
Fierro' (II), Prólogo, Longseller, 2004.
'El
Periodista José Hernández', J. E. Padula Perkins, 1990.
Remitimos a nuestros lectores al Indice del blog, etiqueta 'José Hernández', para ahondar en la obra del padre de nuestra Tradición.
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