jueves, 10 de diciembre de 2015

Algunos versos de sabiduría gaucha


Siempre se habla del destino
pa’ juntar resignación
mas yo pido una razón
al que promueve el despojo
y tiene pinchao el ojo de
mirar a la nación.

Se hace la paz y la guerra
y lo que venga si es negocio
y hasta el cielo es un consorcio
administrado en la tierra.

Cuando Dios arme la yerra
porque un día ha de ser
cuando se halla que poner
el honor en la parrilla
cuantos machos de rodilla
seguro habremos de haber.

Preguntas y más preguntas
que me hacen y que hago yo
que naides me respondió
y que debo contestar
si es que debo amortiguar
lo que le debo al Creador.

Debo hallar adentro mío
toda la paz que me quede
pa’ ver si mi mente puede
y aun entrando en rebelión
cantar con el corazón
pero cantar lo que debe.

Ninguno se arrogue un tiento
de mi lonja pa’ su apero
a fuerza de ser sincero
me he ganao mas de un quebranto
pero nada vale tanto
como esta tierra que quiero.

No hay razón pa’ que no se oiga
la voz de un canto argentino
no le tenga miedo al trino
que nace en la tierra de uno
y no lo vuelva reyuno
por más que apriete el destino
la tierra suele ser de otro
pero el canto ha de ser de uno.

Suele el pan andar de ayuno
y la vergüenza con frío
ser de otro el agua y el río
pero el canto... pero el canto...
ha de ser de uno.

Si alguna razón te asiste
no hay porque d’irse a baraja
solo una medida encaja
y hay que encajarla aunque cueste
porque no existe peor peste
que desatarse la faja.

Por eso sigo derecho
voy lerdo pero no paro
yo sé que no tengo amparo
si no me amparo yo mismo
y hasta me hice un catecismo
con credos que son muy claros:
creo en mi Dios
y en un creo, creo en todo lo que he visto
si por existir existo
mi credo no me ha mentido
y pa’ no andar resentido
cuando se me va lo chisto.

Se han inventao las naciones
pa’ desparramar tumulto
cada una invento su culto,
bandera, iglesia, costumbre
pero el hombre, pero el hombre...
tiene herrumbre en la mitad del indulto.


Sin embargo hay que creer en la verdad
aunque parezca mentira
si hasta la lonja se estira
cuando la asidera aguanta
como no creer en la santa verdad
si se la respira.

(Fragmento de "Cuando la vida me nombra" de don José Larralde)