Planta
un árbol convencido, aunque el sitio en que lo plantes no sea tuyo y mueras
antes de saberlo florecido,
que
hará un pájaro su nido a su abrigo acojedor,
que a
un hombre trabajador será su sombra propicia,
y que
siempre beneficia lo que se hace por amor.
Me
enviaron a trabajar cuando aún era tan pequeño,
que
hasta me parece un sueño que eso pudiese pasar,
jugar,
no aprendí a jugar, y aunque lo hubiese aprendido,
por la
noche tan rendido me dejaban los recados,
que mis
últimos bocados me los mascaba dormido.
Es
cierto, mi vida nada tiene de particular,
monótono
trabajar, jornada sobre jornada,
esta
guitarra templada, alguno que otro soñar,
llorar
cuando hay que llorar, reír si toca la risa,
vida
que así se desliza, ¿a quién pude interesar?
Lucidez
en el decir, transparente la intención,
piedad
en el corazón, vivir y dejar vivir,
no ser
lastre, no pedir, de recibir saber dar,
ofendido
perdonar, o dar la ofensa al olvido,
hablar
con hondo sentido, hablar y dejar hablar.
No
caigas a la reunión con un jarro de agua helada
a
destemplar la templada fe de ningún corazón,
que
aunque te sobre razón y estar en lo cierto creas,
es
imperioso que seas capaz de condescender,
una
cosa es imponer, otra intercambiar ideas.
Verso
que no hable de amor, o que al amor no recuerde,
es como
una llama verde sin la gracia de una flor,
¿qué ha
de cantar el cantor si no lo agita el querer?
¿Cómo
habrá de convencer el ruido de su garganta,
cuando
no canta el que canta pensando en una mujer?
Cuando
clamo sólo estoy, miento, porque estoy con ella,
lazarillo
de mi huella, por ella soy lo que soy,
como
una criatura voy en pos de su claridad,
y es
tanta la santidad del hondo amor que le tengo,
que a
menudo me contengo por no llamarla 'mamá'.
En mi
velorio quisiera que te hallaras tú presente,
cuatro
velas, poca gente, y algún gracioso cualquiera
que contase
o que dijera algo para entretener,
que es
el último querer de un egoísmo postrero:
de
morirme primero que el tenerte que perder.
No nací
para enemigo, y he tenido amigos buenos,
o
fueron buenos al menos al enfrentarse conmigo.
Porque
coseché mi trigo sin molestar al lindero,
de la
vida en el tablero tuvo suerte mi ajedrez,
y hoy
llego a la madurez consecuente y compañero.
Cuantas
veces me consuelo, eterno desconsolado,
ante un
perro abandonado hecho un ovillo en el suelo,
mi
desvelo a su desvelo pongo en línea de igualdad,
su
orfandad con mi orfandad mido, a silencio me llamo,
porque
ese perro sin amo humilla mi soledad.
Tiende
tu mano al vecino porque sí, por elegancia,
que no
todo sea ganancia a lo largo del camino,
cambia
de sabor el vino cuando no hay con quien brindar,
¿qué
harás con atesorar y ser opulento en bienes,
si
entre tus bienes no tienes el bien supremo de dar?
A dos
excelsos José invoca mi corazón
para
imantar su emoción y purificar su fe,
uno
extraordinario fue arquetipo paladín,
fustigó
el otro lo ruin con los azotes más grandes,
son dos
José: José Hernández y José de San Martín.
Espectacular , muchas gracias por compartir este tesoro :)
ResponderEliminarAmigo Walter, lo invito a que pase por Milongueros, en el índice temático del blog. Allí encontrará más de estas bellezas de nuestra música. Saludos
ResponderEliminarComo se llama la página de milongueros
Eliminargrande es el que escribe con los ojos porque es lo que ve en la vida lo querefleja el lapiz
ResponderEliminarexelente y felicitaciones llena el espiritu,sugiero algo mas de A.A.Gil gracias
ResponderEliminarSiempre tengo a mano TINAJA de Antonio Alejandro Gil, está buenísimo si todo el mundo aplicara sus décimas.-
Eliminar¡Gracias, Daniel Toro por llevar Tinaja al mundo, con prodigiosa melodía argentina.
EliminarMuy bueno rescatar esas décimas geniales. Es importante destacar que el poeta Antonio Alejandro Gil es Mexicano de Tinajas. Las Décimas Espinelas son comunes a todo el habla castellana y latina.
ResponderEliminarMuy lindas décimas. Se las leeré a mis alumnos en conmemoración del día de la tradición.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Bellas palabras embellecen la vida.
ResponderEliminarAntonio Alejandro Gil 1894.1952 es un poeta ARGENTINO no mexicano. Su libro Tinaja es un compendio de sabiduría y belleza.
ResponderEliminaryo lo escuchaba por la radio todos los días 1 décima, mientras escribía a máquina en ese entonces.- Es mi libro de cabecera.-Héctor Larrea conductor x excelencia!!Radio Rivadavia hace 30 años!
EliminarUnos versos hermosos. Lo escuche por el gran victor velazquez
ResponderEliminarSer agradecido a quienes de una forma simple y llana te ofrecen y dan un sustento ,un abrigo, una palabra de aliento, son esos favores que dan a la vida un sabor especial , por el solo derecho de ser util,de hacer propias las carencias y las soluciones para otros.Gracias por estar de esta manera dando enseñanzas de vida...Desde la visión de un Callejero
ResponderEliminarEn la década del 70 escuchaba las décimas de A.A.Gil en la voz de Héctor Larrea en su programa de radio Rapidísimo! Inolvidable!
ResponderEliminarVerso criollo lleno de sabiduría. Lo escuché de Don Víctor Velázquez y lo recito en silencio como para hacer de el una guía de mi vida.
ResponderEliminarGracias por compartir este compendio de sabiduría criolla
Versos que nacen en el alma y mueren en el corazón, muchas gracias
ResponderEliminarlastima que no están bien acomodadas las décimas, entonces se dificulta poder leerla correctamente. las déc
ResponderEliminarQue buena prosa. Me entere de el por un participante al programa 10 escalones
ResponderEliminarHoy 6/12/22 escuche en un programa de tv la anteúltima frase de estos versos y lo googleé. La verdad no soy de leer mucho estas cosas pero esto me pareció realmente que fue escrito de alguien que la vivió...
ResponderEliminarGracias por esto!
Lezcano Alejandro
Yo tengo en el corazon siempre estas lindas decimas ,,,,,,y cuando solo estoy sin peerro q me ladre ,,,,,recuerdo estos versos y con ellos me consuelo y digo gracias Señor y me duermo contento
ResponderEliminar"Cambia de sabor el vino cuando no hay con quien brindar". Maravilloso poeta Don Antonio Alejandro Gil. Gracias por publicarlo.
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