¡Hijos
queridos! En la paz bendita
del
heredado hogar hallad defensa
contra
el violento entorno que nos tensa
contra
el combate cruel que nos agita.
Como en
vuestros abuelos se condensa
reconoced
caballeresca cita
con la
conciencia que a lo heroico invita
y
rechazad vivir en la vergüenza.
Ejemplo
es vuestra madre de la entrega.
Servid
a los demás. Es su camino.
Intransitado
y viejo al cielo llega.
Esto de
mi docencia me imagino
que de un
padre a sus hijos se trasiega:
que
cada cual sea fiel a su destino.
Carlos Guido y Spano
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