miércoles, 18 de noviembre de 2015

Jinetes Rebeldes: Historia del bandolerismo social en la Argentina

Gauchos, indios y bandoleros desempeñaron un papel determinante en el origen de las repúblicas americanas del sur: guerrearon por la independencia, apoyaron a los caudillos rurales, expresaron el ansia de libertad de los campesinos, inspiraron los mitos de una cultura nacional. Aquellos jinetes rebeldes, olvidados por la historia oficial, marcaron a sangre y fuego la memoria y el carácter de los argentinos. 

       Hugo Chumbita rescata los personajes y momentos cruciales de la épica gauchesca: José Artigas, bandolero que se convirtió en el caudillo de la revolución y del federalismo; los jefes y bandidos montoneros –también mujeres, como Martina Chapanay– que siguieron los pasos de Facundo en los alzamientos del noroeste; los caciques gauchos de las pampas, incluyendo a los criollos que condujeron montoneras indígenas; las aventuras de Juan Cuello, Moreira y otros matreros del litoral y del sur, en la fase declinante del gauchaje, que fue su hora de gloria en la literatura; los salteadores románticos canonizados por el culto popular, desde el Gauchito Gil hasta Isidro Velázquez, y manifestaciones más recientes de la tradición de los vengadores que roban a los ricos para ayudar a los pobres.

       El autor enmarca esta historia en la polémica interpretación de Hobsbawm sobre el bandolerismo social, proyección le­gendaria de la resistencia campesina ante el avance de la civilización capitalista y el Estado moderno. A pesar de que a primera vista podría pensarse en un fenómeno concluido, al revisar la obra de Sarmiento, Chumbita actualiza las cuestiones liminares del pensamiento americano, los dilemas de la barbarie, el orden y la ley, denunciando las raíces del mal constitucional del país: la injusticia y la violencia no han quedado impunes en la conciencia de la sociedad. Los demonios del pasado siguen entre nosotros.

Libro muy recomendable del que compartimos el primer capítulo a modo de descarga gratuita en formato word (click en el título):

domingo, 8 de noviembre de 2015

La Razón Occidental (o la destrucción de lo Otro)

Por José Pablo Feinmann
Cuando Sarmiento (en Facundo) plantea el antagonismo civilización-barbarie adhiere a una visión de la historia en tanto conflicto. La diferencia que existe entre ambos conceptos no expresa esa especie de canto a la diversidad en que han convergido las filosofías posmodernas e hipermodernas. Hoy en día, la exaltación de la globalización se hace desde la glocalización. Lo global y lo glocal* expresan las infinitas diferencias de una historia llena de matices, de significantes, de polaridades. Asistamos a este espectáculo. Dentro de lo global nada es semejante. Dentro de lo global estallan las infinitas diferenciaciones de la glocalización. De este modo, la historia se transforma en el gran show de las diferencias. La diferencia es la antítesis de lo Uno. Si lo Uno es lo único, la diferencia es lo Múltiple. Si lo Uno es totalitario, la diferencia es la democracia de lo Múltiple. Falso de toda falsedad. Sarmiento diría: Señores, la civilización es diferente de la barbarie. Pero esa diferencia no debe mantenerse. Esa diferencia es antagonismo. Es conflicto. La historia lo es. La civilización no busca dialogar con la barbarie. No creemos que la historia se parezca a esa teoría de los dialectos de ese italiano de nombre Gianni Vattimo. Los dialectos, en la historia, no coexisten. La relación entre ellos es bélica. Un dialecto quiere comerse al otro. Porque cada diferencia expresa una política, una economía, un proyecto histórico. Las otras diferencias también. Se relacionan, no por la complementación, sino por el conflicto. De aquí las frecuentes guerras. Toda guerra se hace para anular las diferencias. Para que una diferencia se devore a la otra, aniquilándola.

Sarmiento coincidiría con Marx cuando éste dice que el objeto de la crítica “es su enemigo, a quien no quiere refutar, sino aniquilar” (Introducción a la Filosofía del Derecho de Hegel). La barbarie de los campos argentinos no está ahí para ser amablemente comprendida para que celebremos lo diferente que es la civilización, para que dialoguemos con ella y, por medio de ese diálogo, nos enriquezcamos incorporando lo que de ella no hay en nosotros. Ella es, para nosotros los civilizados, lo que el objeto de la crítica es para Marx: nuestro enemigo. O la barbarie o nosotros. A todo enemigo se lo aniquila. Todo enemigo es antagónico a nosotros. La historia –al estar el hombre animado por el espíritu de dominación– es la lucha de unos para dominar a los otros. Todos son diferentes. Pero en tanto enemigos. La civilización de Buenos Aires forma parte de un vasto movimiento que es el de la racionalidad occidental. Los ingleses la encarnan en la India. Los franceses en la Argelia. Los porteños en la Argentina. La razón de Occidente debe aniquilar todo aquello que exprese un sentido diferenciado del suyo, que es el único. Es lo mismo aniquilar a un natural de la India. Que a un árabe del Islam. O a un gaucho de la campaña argentina. Son lo Otro de la razón. Así, la razón occidental debe universalizarse, eliminar las diferencias bárbaras y establecer el triunfo de la civilización en todos los rincones de la Tierra. Facundo es uno de los más grandes libros del proyecto occidental, de su razón, de su instrumentalidad bélica, de su colonización del hombre y de la naturaleza.


*Glocal: Palabra compuesta por global y local. El término "economía glocal" se refiere a un proceso de internacionalización y regionalización de la economía, y a una tercerización creciente, descentralización, interrelación y privatización de las actividades económicas.