jueves, 30 de mayo de 2013

"Sudamérica", Jaime Dávalos

 
Nadie la para ya.
No pueden detenerla,
Ni la calumnia, ni el boicot, ni nada.
Este es un continente de aventura,
que a los aventureros se los traga.
Les sube por la sombra, despacito
y el ojo codicioso les socava.
Vendrán los desahuciados de la tierra,
buscando sus riquezas legendarias,
hasta que un día, en una sola greda,
confundan las lenguas y las razas.
América, animal de leche verde,
por la gran Cordillera vertebrada,
Hunde el hocico austral bajo el Polo,
y descansa en su fuerza proletaria.
Camina hacia la luz, lenta y segura,
Con el polen del sol en las entrañas,
y su destino torrencial,
fijado está en el tiempo por la Vía Láctea.
El hambre, la violencia, la injusticia,
la voluntad del pueblo traicionada,
no harán sino aumentar su rebeldía,
no harán sino apurar en sus entrañas
el hijo de la luz, que viene a unirnos
en una sola espiga esperanzada.
Porque América, tierra del futuro,
igual que la mujer, ¡vence de echada!


lunes, 27 de mayo de 2013

Jaime Dávalos: Retrato y Palabras

Jaime Dávalos es la más formidable catapulta de la mejor poesía y música del Noroeste a partir de la segunda mitad de los años cuarenta.
Nació en San Lorenzo, Provincia de Salta, el 20 de enero de 1921, y desde la cuna tenía el destino marcado: Su padre era Juan Carlos Dávalos, nada menos. Cursó estudios en su ciudad natal. Recorrió íntegramente su suelo patrio, de uno a otro confín, en contacto íntimo con la tierra y sus hombres.
Treinta y nueve años pasaron hasta que este salteño empezó a salir del velo del anonimato, aunque había empezado a publicar a los veintiséis. Y a partir de 1960 libros, y poesías, y cancioneros se sucedieron, y también los premios y los reconocimientos. Musicalmente se inició con la armónica pero al igual que sus seis hermanos, se inclinaría por el canto con guitarra. Entre fines del 50' y principios del 60' tuvo sus propios espacios en televisión: "El Patio de Jaime Dávalos" y "Desde el Corazón de la Tierra", éste último ganador del Martín Fierro otorgado por los periodistas de radio y televisión.
Formó una dupla inigualable con otro salteño, Eduardo Falú. Todos saben lo que salió de esa mezcla: la mejor letra con la mejor música. Y ganas de renovar el folklore, que por esos años ya sufría lo que sigue sufriendo hoy. Mal de muchos, consuelo de tontos. Junto con Manuel Castilla y Cuchi Leguizamón, los de estos dos salteños quedan grabados en el folklore serio de la época.
Cuentan que tocaba de oído la guitarra y el charango. Que, como buen poeta, nunca pudo estar mucho tiempo quieto y salió a buscar al país como dibujante, alfarero y titiritero. En cuál de esas tardes habrán nacido las obras maestras como Río de tigres, Zamba de la Candelaria o Las Golondrinas.
Jaime Dávalos tuvo siete hijos: de su primer matrimonio con Rosa, tuvo a Julia Elena (conocida cantante), Luz María, Jaime Arturo y Constanza. De su segundo matrimonio (con María Rosa Poggi) tuvo a Marcelo, Valeria y Florencia. Todos de alguna manera se mantuvieron ligados a la música y al arte, continuando la tradición de una familia de artistas.
Le debe haber quedado poco por vivir. Fallece en Buenos Aires el 3 de diciembre de 1981.
***
En sus Palabras
Dice Jaime:   “Yo soy un ser de una gran fecundia verbal. Capaz de hablar horas, días, años. Porque es como pircar; un viejo oficio de hombre que llevo puesto en la sangre, que lo he heredado de los mayores boliches, de la gente que no sabe que sabe, pero cuando empieza a averiguar le sale ese saber que ellos no saben: el saber popular.
   Me jugué todo lo que tenía a las manos de los hombres simples de la tierra. Creo en ellos. Me visto con las ropas que ellos hacen. Todas las palabras que hablo están potenciadas con el símbolo que callan los otros, aquellos que me enseñaron a hablar callando.
   El silencio es el creador de la música. Los pueblos que han perdido el silencio han perdido también el oído para la música. No pueden distinguir el sol ni el fa de la claridad del mediodía o el atardecer. Ni en la luz lo que hay de música. Ni lo que hay de potencial música en la apertura de una boca que ya va a cantar y que no canta nunca. O que ha terminado de cantar una baguala y se ha quedado dormido, de noche, echado como un ciego.
   El hombre es un animal religioso. Debe tener fe. Fe en sí mismo, fe en algo superior, fe en algo que existe más allá. Porque todo lo superior que se enuncia en nosotros es, simplemente, la anticipación de la existencia de algo lejano. Ciegos hay que ven más claro que los que abren los ojos. Ciegos que ven para adentro, adentro de su alma.
   Soy de difícil callar, largo demasiado el buche. Por eso nunca puedo estar metido en una cosa tramposa. Yo soy este que se ve de mí. Esto que soy en lo visible. No soy más que la apariencia, sombra que anda caminando, como dice la copla. En la copla, en los modos de conducta, hay un montón de cosas del folclore que uno no atina a saber de dónde vienen: es sabiduría vieja. Actitudes que he visto de mi padre que se repiten ahora en mí, como si yo fuera hoy el fantasma de él y todo eso en alguna medida muestra a aquel que asume a su padre, a su madre, a su patria, a su tierra. Acepta eso, se lo carga al hombro, con todos sus defectos, con todas sus virtudes.(...)
   La literatura, si no imita la vida, no es literatura. Ella traduce la vida profundamente. Leer es vivir. Y a pesar de que la literatura es letra... Pero la letra muerta no tiene sentido. Es apilar noticias o información idiota, cuando hay cosas tan sustanciales para decir y pensar, o dejar enunciadas para que otro las siga pensando. Porque no todo se lo puede decir. A veces más importante que decir es enunciar cosas. Por eso creo en la brevedad de la poesía que enuncia cosas.
   Uno debe pensar todos los días en que nace a la mañana y muere un poco con el día, al atardecer. Cada día es el aula donde uno aprende el oficio más importante; el oficio de ser hombre. Y el hombre, según Kierkegaard, es un ser nacido para la muerte. Lo importante es que lo sepa. No que luche desesperadamente por llegar a la muerte, pero que tenga el coraje de sonreír cuando la tenga a su lado. Con la inminencia de que se acostará en nuestros huesos, con nosotros, un amor profundo y eterno bajo la tierra. Y no tener el desenfreno idiota de drogarse, que a veces es miedo. Ese miedo a la muerte que lleva al hombre a drogarse para que lo sorprenda aquello que él sabe que lo va a sorprender. No quiere asumir la muerte como algo que lo sorprenda, sino como algo que él gobierne. Apoderarse del derecho a morir. Se suicida. Conozco montones de curdas en todas las partes del país. Curdas que he seguido hasta el alba y les he empezado a ver el ronroneo de una máquina descompuesta, una demencia reiterativa, un delirio, una furia que vuelve a la misma cosa. Un centro que lo obceca. Y la obsesión se convierte trágicamente en algo que lo desespera. Ya el alcohol es un anularse. No quisiera pensar su obsesión, sin embargo insiste en embriagarse para no pensar en ella. Pero no querer pensar en tal cosa, es ya pensar en ella.
   Uno no puede desasirse de esa especie de sino trágico de la conciencia de que todo se le va, todo se le escapa. En ese momento, creo, hay que tomar tranquilamente un vino y esperar como diría Omar Khayyam, que suceda la muerte. Es lo único que vamos a afrontar responsablemente. Quiera Dios que con un sentido calmo. Yo soy un guerrero pacifista. Creo que a esta edad debo componer vidrios; ya he roto demasiados. En alguna medida sirve a esa edad. Cada edad tiene su corazón. Y la edad que no tiene el corazón de su edad, tiene de su edad la desdicha. Si yo, a los 58 años, quiero atrapar lo que no me pertenece estoy perdido.
   La belleza tiene un sentido social profundo. El hombre necesita belleza. Y esclarecer el espíritu para tener reposo y paz. ¿La desesperación por tener...? ¿Tener qué? Todo lo va a dejar. Nadie se lleva nada más allá. Hay un gran escritor mexicano que me encanta: Rulfo. Autor de un libro que se llama Pedro Páramo. Parece que él hubiera puesto en hora los sueños míos.”

martes, 21 de mayo de 2013

25 de Mayo: La Patria llora Sangre

En vísperas del 25 de mayo, hoy 21 abrimos el periódico y azorados comprobamos una situación que nos perturba y nos ocasiona desmedida tristeza.
Leemos en las noticas del día: impulso para la despenalización del consumo de marihuana, mes de la diversidad afectivo sexual promovido por el gobierno y articulado por organizaciones de depravados homosexuales, aprobación de la educación sexual en las escuelas medias... El reino de Satán está cumpliendo con sus más caros objetivos arrebatándonos los colores más bellos de nuestra humana integridad.
Claro está que todo este cúmulo de desafortunadas noticas, para los mentores de tales movimientos subversivos, tiene toda una carga de justificativos sociales que sirven para complacer la consciencia dormida de quienes todo lo consumen sin criterio y con ciega aceptación. Sin embargo no dejan de ser fraudulentas exposiciones que intentan imponer la vileza de un sistema de vida caótico y perverso, en el que nuestros niños son sometidos a la más oscura manipulación que jamás se haya imaginado: el comercio esclavista con sus almas.
En estos momentos, en que nuestra dolida y violentada Patria se prepara para 'celebrar' la Revolución de Mayo, preguntamos: ¿Dónde ha quedado el esfuerzo y las intenciones de aquel pueblo patriótico que buscando liberarse del dominio foráneo no dudo en levantarse en la defensa de tan elevados ideales? ¿Dónde ha sido enterrado el ejemplo de nuestros nobles antepasados que con cuerpo y alma configuraron la identidad que hoy tristemente es mancillada por inmorales e inescrupulosos agentes del despojo? ¿Hasta cuándo seguiremos siendo herramientas voluntarias en las manos irresponsables de estos satanes que sólo añoran nuestra ruina ética y espiritual? ¿Cuál es nuestra libertad si somos rehenes de un sistema que nos impone su tiranía con los peores vicios que consentimos en aprobar? ¿Qué clase de heroísmo vamos a representar si nuestras cadenas se ciernen en nuestros cuellos y sojuzgados por ellas nos dejamos aplastar? No hay peor prisionero que el que iluso convierte sus rejas en símbolo de libertad y gustoso se acomoda en su celda a esperar el sueño redentor de la muerte.
Este 25 de mayo la Patria llora sangre, y sólo nosotros somos los culpables...

jueves, 16 de mayo de 2013

Volvernos a nuestros Antepasados

Ante nuestra realidad actual preguntamos: ¿Dónde ha quedado la virtud heroica de defender con uñas y dientes el espacio sagrado que nuestros antepasados nutrieron con sudor y sangre?
Debemos aprender acerca de nuestros Antepasados Patriarcales para fortalecer los rasgos identitarios que harán de nosotros una raza vigorosa para el combate presente y la esperanza futura. Un pueblo sin identidad redunda en sumisión y esclavismo, y toda esclavitud es ruindad para la consciencia que así nada sabrá diferenciar, y en el embrollo tomará como beneficio lo que en realidad es un mal irremediable.
Toda virtud heroica sólo puede surgir de una identidad arraigada en su propio centro. Cuando hablamos de 'Antepasados Patriarcales' aludimos a quienes con sus ejemplos de hombría fueron la representación acabada de las ansias de Libertad, Justicia y Verdad que serían las encargadas de dar forma al espíritu de esta raza. Ellos son el eje sobre el cual gira la virtud heroica de quien hace Patria.
Hacer Patria es actualizar en cada momento de nuestras vidas los valores fundamentales sobre los que se asienta el espíritu de nuestra raza, aquellos que definen nuestra identidad y nos nuclean bajo el amparo unívoco de una Tradición que nos distingue a los ojos del mundo: prodigalidad, honradez, decencia, austeridad, franqueza, sentido del honor, por sólo nombrar unos pocos.
Estos hombres -Patriotas- fueron la luz que desde el Cielo se hizo manifiesta sobre esta tierra para iluminar y nutrir los pasos de las generaciones venideras, ejemplos de lealtad al Dios que al traerlos al mundo les encomendaba la titánica tarea de establecer los cimientos del espacio sagrado donde la humanidad -nuestra humanidad- podría desarrollar sus posibilidades de forma equilibrada y acorde a la Sabiduría que ese mismo Dios ha insuflado como característica original del espíritu de la raza.
Una identidad poderosa y auténtica se forja en el seguimiento de modelos decidores. Sin modelos de conducta nuestra identidad sólo puede ajustarse al molde falsario de quienes buscan imprimir una obsoleta uniformidad sobre la mentalidad y el sentir general. Debemos reflexionar seriamente en lo que esto comporta.
La 'cultura global' -o 'globalización'-, impulsada y promovida desde los liberalismos oscurantistas que se arrogan el poder mundial, es una herramienta sutil concebida para la manipulación de las masas cuyo objetivo es la dominación total de las consciencias imponiendo un orden tiránico en el que el libertinaje y el salvajismo, el vicio y la inmoralidad, sean los parámetros para una existencia caótica y desprovista de sentido. Esta 'cultura global', en su siniestro afán de uniformidad, busca acabar con toda identidad tradicional, destruyendo los modelos patriarcales de heroísmo, honor y lealtad, haciéndonos hundir en el suicidio de la voluntad que supone el culto idolatralizado de la 'matriarcalidad' (el culto telúrico a la deidad femenina, recipiente, pasiva, moldeable).
Por esto anteponemos sobre ese principio femenino y maleable, el ejemplo tronante de nuestros Antepasados Patriarcales, representantes del iridiscente principio activo encargado de 'imponer' -cualidad de Majestad que infunde respeto e instruye en él-, de generar identidad propia desde la voluntad obrante cuya fuente de acción es la espiritualidad que se 'impone' y 'da vida' a la materia inerte dispuesta a recibirla. La 'cultura global', con sus leyes de atrofia y disfunción, busca convertirnos en una masa uniforme, una materia inerte cuyo atributo sea la disposición a ser moldeada según el antojo del dominador de turno. En cambio la Tradición nos devuelve a nuestra originalidad, haciendo de nosotros agentes espiritualmente activos en la manifestación esencial de la raza.
Preciso es entonces que nos volvamos a nuestros Antepasados y bebamos de sus ejemplos conductuales para recuperar nuestra identidad y convertirnos en auténticos héroes de este suelo sagrado. Sin transformación no hay victoria.

martes, 14 de mayo de 2013

"Y otras cosas fuleras" - José Larralde


Se le trepó el ragú hasta la caspoza,
no pudo controlar el maquinazo,
le bajó un cacho de viento al espinazo...
y ahí, empezó la cosa.

Quiso filosofar, y tremebunda
hinchazón a explotar de yugulares
lo obligó a rasquetearse los lugares
de sus secas coyundas.

Una verija, le avisó el escalde
que le estaban cuartiando las razones.
Un poco más y el sarro en los riñones
llenarían un balde.

Caminó solo; abrió y cerró tranqueras.
-"No tengo pique pa' dar, venga otro día".
Le fue poniendo el alma en rebeldía
y... otras cosas fuleras.

De andar de linye, ya no hay nada nuevo.
Quedan los huesos y un garrón tirante,
y un maranfio finito y atorrante...
¡Casi que cuesta un huevo!

De andar de linye, aprendió que es lerda
la lluvia de mojar la suerte,
que a la ley la acomodan pa' joderte,
¡Y todo es una mierda!

Que el verano es para el que tiene tela,
y que el invierno, para el que tela embucha,
que la función del funcionario, es trucha,
y al seco, ¡ni pa' vela!

Su fondo reservado, es la gayola
con millones de piojos en la cuenta.
Administra cunetas y su renta,
¡es andar en bolas!

Qué le va a hacer amigo, usté está solo,
pero no olvide que Dios, es argentino.
Aguantesé muy macho su destino...
¡o hagasé trolo!

Caminó solo; abrió y cerró tranqueras.
-"No tengo pique pa' dar, venga otro día".
Le fue poniendo el alma en rebeldía
y... otras cosas fuleras.

sábado, 11 de mayo de 2013

Jorge Cafrune con Raffaella Carra

Jorge Cafrune en "La Hora de Raffaella Carra" de la Televisión Española TVE. ¡Imperdible!
 


miércoles, 1 de mayo de 2013

"Milonga del Fusilado"-Jorge Cafrune

No me pregunten quien soy
Ni si me habían conocido
Los sueños que había querido
Crecerán, aunque no estoy.
Ya no vivo, pero voy
En lo que andaba buscando.
Y otros que siguen peleando
Verán nacer otras rosas...
Que en el nombre de esas cosas
Todos me estarán nombrando.
No me recuerden la cara
Que fue mi cara de guerra
Mientras hubiera en mi tierra
Necesidad de que odiara.
En el cielo que ya aclara
Verán como era mi frente.
Me oyó reír poca gente,
Y aunque mi risa ignorada...
La hallarán en la alborada
Del día que se presiente.
No me pregunten la edad,
Tengo los años de todos,
Yo elegí entre muchos modos
Ser más viejo que mi edad.
Y los años de verdad,
Son los tiros que he tirado.
Nazco en cada fusilado,
Y aunque el cuerpo se me muera
Tendré la edad verdadera
Del niño que he liberado.
Mi tumba no anden buscando
Porque no la encontraran
Mis manos son las que van
En otras manos, tirando.
Mi voz, la que va gritando!
Mi sueño, el que sigue entero.
Y sepan que solo muero
Si ustedes van aflojando.
Porque el que murió peleando,
Vive en cada compañero.